Importante iniciativa de socios del Club Náutico Mar del Plata en medio de la pandemia de COVID 19

Coronavirus. Camisolines para médicos y una original cámara para trasladar infectados: Cuando la pasión por ayudar todo lo inventa

El mar los unió desde el amor común por la navegación y ahora, sobre tierra firme y en tiempos de cuarentena, también por los senderos de la solidaridad. Una suma de voluntades que primero se propuso fabricar y donar camisolines para médicos y, un paso más ambicioso y todavía más original, cápsulas de aislamiento para traslado de pacientes confeccionadas con técnicas de costura de velas.

Detrás de esta historia está el nombre de Martín Jenkins, bicampeón mundial de clase Optimist, que llevó la inquietud a sus alumnos del Club Náutico y pronto los tuvo de su lado para conseguir materiales y mano de obra para dar algunas respuestas a necesidades y urgencias que presentan los hospitales públicos locales.

«Le preguntamos a un amigo médico en qué podíamos ayudar y lo primero que nos mencionó fue los camisolines», cuenta Jenkins a LA NACION. Así que el primer paso fue sumar más gente a la cruzada y conseguir tela, desafío difícil por la alta demanda.

Soledad Capparelli donó los primeros 25 rollos de paño tipo Tyvek, con diseños que tuvieron que adaptar; la costurera Carmen Sánchez hizo un gran aporte para lograr el modelo adecuado. Aprobado por los profesionales que los iban a usar, otro amigo que fabrica remeras se ofreció para cortar la tela y distribuirlas entre quienes aportan su habilidad para armar y coser.

«Los Wichi», como se llaman entre los voluntarios, ya entregaron 220 equipos y para el martes estarán listos otros 115 de los más de 400 que tienen previstos hacer con el material obtenido. «Esperamos que sea una buena ayuda para quienes hoy están haciendo tanto esfuerzo en la salud pública», se alegra Jenkins.

Cápsulas para camillas, una originalidad

La otra inquietud llegó de Alfredo Carrano, médico del área de Terapia Intensiva en el Hospital Interzonal Materno Infantil, también amigo y hombre de mar. él pensó en el riesgo que implicaba trasladar pacientes de un área a otra sin protección adecuada. Con la dirección del establecimiento coincidían en la importancia de contar con cápsulas de aislamiento para las camillas. ¿Qué hacer?

La náutica local también dio respuestas frente a esta demanda. Julián Silva, Oscar Salas y Justo Caseaux se sumaron a la cruzada de Jenkins con el desafío de desarrollar estas cámaras de protección sanitaria pensadas para impedir que virus y bacterias del paciente se propaguen en el ambiente en medio de cualquier traslado. Buscaron en Internet, copiaron cuanto pudieron y aportaron lo suyo para generar un modelo que, si todo sale como se planea, estará listo para este martes. Elaboraron dos cobertores, uno para el Hiemi y otro para donar el Hospital Interzonal General de Agudos (HIGA).

«Nos pasaron las medidas de las camillas y a partir de allí fuimos preparando un diseño, con los materiales que pudimos juntar en medio de las dificultades para conseguirlos», describe Silva a LA NACION. Quien tenía permiso para circular hacía las compras. Y lo que no obtuvieron se buscó entre amigos que siempre colaboran.

FUENTE: DIARIO LA NACION